En sus correrías por los cerros, el cateador de minas se encuentra con un zorro colorado que lo mira sin miedo ni temor, instintivamente se agacha y recoge una piedra para lanzársela al animal; el peso de la piedra le llama la atención y la mira detenidamente, ¡es de oro!
El zorro colorado se aparece a los buscadores de minas en el sitio exacto donde se encuentra el más rico yacimiento de este metal. Su presencia asegura al minero la riqueza y la felicidad para toda la vida.
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