En el pequeño poblado de Yucayo cuentan que formaba parte de la tribu, la bella india Baiguana la cual con su voluptuosidad atraía la admiración de todos los jóvenes que procuraban a toda costa su atención y que ella solícitamente otorgaba.
Pero el cacique Manguaní, preocupado por los coqueteos de la seductora joven y que ocasionaban el abandono de los renglones fundamentales de subsistencia de la tribu fue en busca del río Canimao y allí hablar con el dios Baguá para procurar una inmediata solución.El dios brindó pronta respuesta a los requerimientos del cacique y puso en sus manos un pez mágico, el cual sería regalo exuberante para la bella Baiguana. Nadie le advirtió a Baiguana de los peligros que corría y solícita ingirió el exquisito manjar. La magia del pescado le provocó un sueño muy profundo y la joven buscó abrigo a la entrada de su bohío ubicado en la cima de una loma que mira desde una altura prodigiosa al mar que baña la gran bahía.Envuelta en el perfume de las flores silvestres y el brillo de la luna, su cuerpo fue convirtiéndose lentamente en una piedra gigantesca con forma de mujer, es la india dormida de Matanzas que adorna coqueta y casquivana la inmensidad de las azules aguas que envuelven a la que siempre ha sido la Atenas de Cuba.
(leyenda taína)
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