En las solitarias huellas de la alta cordillera, en las noches oscuras y ventosas
se aparece un niño llorando, muy bello y bien vestido, porta un ramo de rosas rojas.
El jinete que lo ve, se acerca pensando que esta perdido, conmovido lo instala en su montura con el proposito de ponerlo a salvo.
Traspasado un trecho, el niño no llora mas y cuando el jinete lo mira, nota que se sus ojos salen llamaradas.
El jinete se aterra y corre el riesgo de morir en algun precipicio, pues el caballo corre despavorido.
Si tiene suerte, logra parar el galope y bajar al niño...